Primero preparamos la pasta de dátiles con vinagre de Jerez al Moscatel. Para ello, en una sartén a fuego medio ponemos los dátiles cortados en cuartos junto al vinagre, el agua de azahar y el sésamo hasta que reduzca y se forme una pasta.
Por otro lado, en un recipiente hondo mezclamos la mantequilla, el azúcar glas, el azúcar vainillado y las yemas de huevo. Mezclamos bien y añadimos el impulsor y la harina poco a poco hasta obtener una masa homogénea.
Cogemos porciones de masa y con el dedo les hacemos un agujero en el centro.
Cogemos un poco de pasta de dátiles con vinagre de Jerez al Moscatel y la metemos dentro de ese agujero.
Después, cerramos la masa dejando el relleno en el centro sin dejar que se vea por fuera y le damos la forma deseada.
Cuando tengamos todas las galletas hechas, las metemos al horno a 200ºc hasta que adquieran un color dorado.
Cuando estén hechas, las espolvoreamos con azúcar glas y un poco de canela.
Primero ponemos el vinagre de Jerez Reserva junto al azúcar moreno y dejamos reducir hasta obtener un espesor parecido al del caramelo.
Por otro lado, trituramos los picos hasta que quede muy fino y reservamos.
Tostamos las almendras y el sésamo. Una vez tostadas las trituramos sin que quede muy fino.
Molemos todas las especias, las unimos a los frutos secos que habíamos triturado y reservamos.
Hacemos un almíbar con 30gr de agua y 30gr de azúcar.
Mezclamos la reducción de vinagre de Jerez Reserva y azúcar moreno con los frutos secos, los picos triturados y el almíbar hasta que quede una mezcla homogénea.
Antes de que se enfríe vamos cogiendo porciones y le damos forma alargada.
Hacemos otro almíbar con 50gr de agua y 50gr de azúcar.
Por último, pasamos los alfajores por el almíbar, los escurrimos, los pasamos por el azúcar glas y los dejamos secar.
Ponemos a reducir el vinagre de Jerez al Moscatel junto a las vainas de vainilla cortadas por la mitad y el azúcar vainillado hasta que adquiera la consistencia de un sirope.
Mientras, en un recipiente mezclamos los frutos pistachos molidos, el azúcar moreno, el clavo molido, la canela molida y el azúcar vainillado.
Añadimos unas gotas de agua de azahar y la nuez de mantequilla a temperatura ambiente y amasamos con las manos hasta integrar todos los ingredientes en una masa. Formamos bolitas del tamaño de una nuez y reservamos.
En una superficie limpia extendemos media hoja de masa filo, la pintamos con la mantequilla fundida y colocamos otra media hoja de masa filo encima. Repetimos la operación hasta tener 10 hojas superpuestas.
Cortamos la masa en cuadrados y ponemos en el centro de cada uno una porción de relleno.
Para darles forma, doblamos la masa por la mitad y luego en el otro sentido.
Las pintamos con mantequilla y las metemos al horno a 180 grados hasta que estén doradas.
Cuando saquemos las chamiat del horno, las regamos con el sirope.